Las embarcaciones comerciales romanas

12 junio 2020

En la antigua Roma existían varios tipos de embarcaciones.  Generalmente se dividían en varios grupos distinguidos por función, forma y espacio de navegación. Cada clase de embarcación se presentaba con características propias debido a la finalidad para la cual estaban destinadas.

Los estudios de los barcos del pasado se realizan principalmente a través de tres disciplinas: la arqueología naval, la arqueología subacuática y el estudio iconográfico. La investigación en estas materias ha hecho posible que podamos conocer la forma, las estructuras y el sistema de mando y de propulsión de estas embarcaciones.

En este artículo nos adentraremos en el conocimiento del grupo quizá menos conocido de los barcos de la antigua Roma aunque probablemente fueron los más utilizados: los barcos comerciales.

Naves onerariae

Las embarcaciones comerciales romanas de transporte marítimo eran denominadas “Naves onerariae”  y se diferenciaban entre sí por el tipo de barco, velas y maquinaria. En todos estos tipos de barco las investigaciones han encontrado la presencia de un sistema de conducción caracterizado por un timón y dos remos laterales (esto permitiría la conducción del barco por una sola persona), una  cabina posicionada en la popa del barco y una vela de navío cuadrada perpendicular al eje de la embarcación.

El sistema de propulsión generalmente era a través de velas y raramente se presentaba un sistema mixto de lona más remos. La capacidad media de transporte de estos barcos podía ser de 3.000 ánforas con un máximo de peso de 100 t. Aunque la arqueología nos ha sorprendido con hallazgos de relictos de gran capacidad como el caso de Madrague de Giens (Francia) una embarcación datada en torno al siglo I a.C., con un ancho de 40 m y una capacidad de 400 t.

Naves Caudicariae

Con el término de naves caudicariae se solían indicar los barcos de uso marítimo-fluvial.  Éstos solían ser utilizados sobre todo para el transporte de mercancías y personas desde puertos marítimos a puertos fluviales. Por eso se encuentran entre las embarcaciones más utilizadas entre el puerto de Roma y de Ostia a través del río Tiber.

La estructura de las naves caudicariae se presentaba dúctil dada su funcionalidad de transporte de mercancías y/o personas y navegación mixta en aguas fluviales y aguas de mar. Las embarcaciones de este grupo estaban dotadas de un fondo plano con la parte posterior alta y curva y la parte anterior esbelta. Constaban de remos laterales, un puente y una cabina en la parte posterior de la embarcación. Las naves caudicariae contaban con un mástil móvil que se instalaba generalmente en la parte anterior del barco, y que en caso de no ser necesario era desinstalado.

Ejemplos excepcionales de este tipo de embarcaciones comerciales romanas proceden de la cuenca del Ródano como indican los restos encontrados en Lyon cerca de la orilla del río y los excavados en Arlés, gran puerto fluvial-marítimo al norte de Marsella.

Para profundizar sobre la alimentación, el comercio, las embarcaciones y los mercados en de la antigua Roma una lectura aconsejada es sin duda Nutrire L’Impero: Storie di alimentazione da Roma e Pompei, una publicación promovida por Museo dell’Ara Pacis de Roma.

Andrea Vincenti. Arqueólogo y cooperante. Viajero y Knowmad.

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