España 1957, el año de la desconocida Guerra de Ifni-Sahara

10 junio 2020

Durante la década de los años 50 del pasado siglo, tras la independencia del protectorado español de Marruecos en 1956, la política exterior española tuvo en el Magreb un campo de acción espinoso. Para el dictador, el generalísimo Franco, el norte de África suponía algo más que los resquicios coloniales de una antigua potencia imperial, era el lugar donde se hizo general y del que guardaba aún muchos gratos recuerdos personales. Que en poco más de un año, en noviembre de 1957, estallase la guerra de Ifni, supuso toda una amarga afrenta para su régimen.

 

 

Una guerra ocurrida en el poco conocido territorio de Ifni, cerca de las costas canarias.

El turismo en las Islas Canarias comenzaba a ser una baza de desarrollo económico en España. Una guerra en el enclave de Ifni y extendida al Sahara español debía silenciarse o «edulcorarse» para que el ruido de las bombas no alterase a los posibles bañistas europeos, que ya se interesaban por las playas canarias. En realidad, las noticias de la guerra sí que fueron llegando a los diarios isleños, más que a los peninsulares por la lógica proximidad. Sin embargo, la manipulación informativa era evidente ocultándose datos importantes como que los soldados españoles iban mal equipados.

 

 

 

El enclave español de Ifni era una de esas cesiones de territorio por claudicación tras una guerra perdida. El sultán de Marruecos, Mohammed IV, en el siglo XIX, cedió a España por el Tratado de Wad-Ras el territorio de Ifni. Tratado firmado en Tetuán el 26 de abril de 1860 y ratificado con el reconocimiento internacional obtenido en la Conferencia de Berlín (1884), lo que animó a las tropas españolas y los funcionarios de gobierno (colonos) a extender los dominios españoles con más poblaciones hacia la costa sur de Ifni; lo que ahora se conoce como antiguo Sahara español.

 Todo comenzó igual que lo habían hecho las centenares de escaramuzas que el ejército español tuvo a lo largo de los años cincuenta con el ELM (Ejército de Liberación Marroquí) desde Ceuta al extremo sur del Sahara. La madrugada del 23 de noviembre de 1957, unos milicianos del ELM se aproximaron a un puesto de vigilancia español de las afueras de Sidni Ifni disfrazados de arrieros. El que llevaba al burro sacó una ametralladora y empezó a disparar sobre los soldados, los que se ocultaban tras el animal abrieron fuego también. Un vigilante del polvorín español cayó muerto y sus compañeros repelieron el ataque.

La balacea fue indiscriminada y caótica, porque los rebeldes disparaban también desde la ribera de un río seco. Silenciadas las armas, cuatro legionarios españoles decidieron ir tras los marroquíes. Ocultos en la penumbra del amanecer los soldados avanzaron tras los rebeldes, pero un ráfaga de subfúsil dejó mal heridos a tres de ellos, el cuarto logró lanzar una granada contra el lugar desde donde llegaban los disparos y lanzarse al cuerpo a cuerpo contra el miliciano marroquí. La lucha acabó cuando uno de los heridos recuperó su fúsil y abatió al partisano del ELM.

Franco menospreció la gravedad de los hechos

Ahora, pasados más de 60 años, las investigaciones y los testimonios de veteranos de esa guerra han permitido reconstruir relatos pormenorizados como el descrito más arriba. Sin embargo, el general Franco ordenó que la opinión pública nunca fuese informada de la gravedad de los hechos, de las verdaderas dimensiones del conflicto. Él mismo menospreció el transcurrir de los hechos y sus consecuencias. Consideraba que los rebeldes eran «agentes de la URSS». Tras ese incidente se reforzaron los batallones, las banderas, de legionarios y regulares españoles en la zona. Se sabe que alguno de estos batallones solo contaban con viejos Jeep para los desplazamientos.

Tanto Carrero Blanco, brazo derecho de Franco, como el dictador tenían una visión irreal de la situación. Querían no entablar una guerra toral con Marruecos, no agraviar al sultán, y tratar el asunto como un problema molesto de terroristas o rebeldes pagados por el comunismo internacional. La realidad es que el ELM estaba comandando por el príncipe Muley Hassan, futuro rey Hassan II, que contaba con 5.000 hombres y apoyo del Ejército Real alauita.

Una guerra ganada en lo militar y perdida ante la historia

 

Aunque los medios españoles fueron precarios, las operaciones militares españolas (con la ayuda de Francia) resultaron victoriosas, recuperándose todas las plazas y villas conquistadas por los rebeldes. Pero esos fortines eran indefendibles y absurdos en pleno siglo XX. Franco ordenó que las tropas se replegasen a la ciudad y alrededores de Sidni Ifni, capital del enclave, dejando el resto del territorio en manos marroquíes. La campaña militar se había extendido hasta el sur del Sahara y prolongado hasta abril de 1958 que llegó el alto el fuego definitivo.

 

El 12 de octubre de 1968, diez años después de estos incidentes que provocaron la última guerra colonial donde participó el ejército español, el general Franco decide la retrocesión del enclave del Ifni a Marruecos. Aquella guerra olvidada y ocultada serviría solamente para postergar que ocurriese lo inevitable, la descolonización de la zona reclamada por las Naciones Unidas (ONU).

Gustavo Adolfo Ordoño -Historiador y periodista-     www.paxaugusta.es

¿Quieres publicar tus artículos o trabajos con tus datos para darte a conocer en nuestro Blog de rincon.hosters.es? Envíanoslos a antiguorincon@gmail.com

Miles de personas nos visitan semanalmente.