Armaduras medievales: ¿cómo vestían los caballeros en la Edad Media?

16 agosto 2020

Los yelmos suponían uno de los elementos del traje medieval más importantes, ya que actuaban a modo de escudo para proteger la cabeza y el rostro. A comienzos de la Edad de Bronce, aparecieron los primeros esbozos de lo que más tarde se convertiría en un yelmo medieval. Al principio, casi todos dejaban el rostro al descubierto, hasta la aparición de los denominados yelmos de estilo corintio. Tal vez no sepas así de bote pronto qué aspecto tenían, pero si te decimos que recuerdes a Máximo Décimo Meridio, extraordinario papel de Russel Crowe en Gladiator, seguro que se te dibuja una idea en la cabeza. Posteriormente, esta protección nasal desaparecería durante el periodo de las falanges macedónicas. armaduras medievales

Seguro hemos visto alguna vez en televisión o en el cine esas batallas sangrientas e interminables de caballeros medievales montados a caballo. Con la proliferación de la tecnología, ahora se nos hace impensable pensar que aquello fue real. Actualmente, tenemos todo tipo de armas muchísimo más avanzadas y potentes: de fuego, bombas atómicas, misiles balísticos, submarinos estratégicos… ¡tenemos hasta drones capaces de destruir!

Por eso que todos tenemos grabada en la retina una imagen del aspecto de un caballero del medievo, pero ¿cuánto se acerca esa idea a la realidad? ¿Cómo iba Sir Lancelot armado para sus batallas? Descubrimos a continuación las armaduras medievales.

armaduras medievales

¿En qué consistían las armaduras medievales?

Petos

Los caballeros solían llevar armaduras medievales fabricadas a partir de materiales resistentes como el hierro o el acero a modo de protección contra sus oponentes. A partir del siglo V, estos guerreros de la Edad Media comenzaron a portar cotas de malla, camisa que actuaba a modo de armadura hecha a base de pequeños anillos de metal entrelazados. A pesar de su popularidad, tenía una gran desventaja. ¿Sabías que pesaban entre 15 y 20 kilos? Imagínate no solo tener que soportarlo puesto, si no que además, tenías que luchar a muerte.

Más tarde, alrededor del siglo XIV, fueron sustituidas por armaduras sólidas, más parecidas a petos, de quita y pon. Junto con el yelmo, el escudo y el caballo, la imagen de aquellos caballeros tenía que actuar como defensa y como intimidación hacia su contrincante.

Los yelmos suponían uno de los elementos del traje medieval más importantes, ya que actuaban a modo de escudo para proteger la cabeza y el rostro. A comienzos de la Edad de Bronce, aparecieron los primeros esbozos de lo que más tarde se convertiría en un yelmo medieval. Al principio, casi todos dejaban el rostro al descubierto, hasta la aparición de los denominados yelmos de estilo corintio. Tal vez no sepas así de bote pronto qué aspecto tenían, pero si te decimos que recuerdes a Máximo Décimo Meridio, extraordinario papel de Russel Crowe en Gladiator, seguro que se te dibuja una idea en la cabeza. Posteriormente, esta protección nasal desaparecería durante el periodo de las falanges macedónicas.

Tal era aquel efecto hipnótico sobre los enemigos, que la armadura medieval siguió utilizándose a pesar de la aparición de las armas de fuego. Incluso, la nobleza optó por esta vestimenta bien entrada la Edad Moderna para sus retratos al óleo como símbolo de autoridad y protección.

Yelmos

Los yelmos suponían uno de los elementos del traje medieval más importantes, ya que actuaban a modo de escudo para proteger la cabeza y el rostro. A comienzos de la Edad de Bronce, aparecieron los primeros esbozos de lo que más tarde se convertiría en un yelmo medieval.

Al principio, casi todos dejaban el rostro al descubierto, hasta la aparición de los denominados yelmos de estilo corintio. Tal vez no sepas así de bote pronto qué aspecto tenían, pero si te decimos que recuerdes a Máximo Décimo Meridio, extraordinario papel de Russel Crowe en Gladiator, seguro que se te dibuja una idea en la cabeza. Posteriormente, esta protección nasal desaparecería durante el periodo de las falanges macedónicas.

armaduras medievales

 

A comienzos del siglo XIV, es cuando aparecen los cascos más conocidos, de aspecto cónico, que se extendían por debajo del cuello y a los que se les podía añadir una visera. Para una mayor comodidad para el caballero, se solían forrar por dentro con materiales como el cuero, crin de caballo o hierba. Además, se le añadieron pequeños agujeros de ventilación para facilitar la respiración.

Escudos

A lo largo del tiempo, han sufrido diversos cambios en su forma y composición. Muchos de ellos, incluso eran ricos en ornamentación, con escenas bélicas representadas en su superficie. Pero lo que está claro es que el escudo es, probablemente, el arma defensiva más antigua de la historia.

Los primeros escudos formaron parte de los normandos, con una forma estratégicamente pensada en forma de almendra o cometa para ser clavado en el suelo. Con el tiempo, fueron reduciendo su tamaño, debido a que eran excesivamente incómodos de sujetar siendo tan grandes.

Los escudos medievales se solían fabricar con tablas de madera cubiertas con pergamino grueso o cuero por ambos lados y tenían aproximadamente unos 1,5 cm de grosor. Muchos de ellos tenían, además, incorporado la insignia de la familia a la que pertenecía ese escudo.

¿Cómo lo sujetaban los caballeros? Mediante el uso de tres correas remachadas en el interior y con la ayuda de una pequeña almohadilla para amortiguar los golpes contra el brazo. Una cuarta correa servía para poder llevarlo colgado a la espalda.

Ballestas

A veces el aparato más sencillo, se convertía en el arma más poderosa y destructiva. La ballesta siempre tuvo la gran ventaja de poder ser utilizada por soldados no entrenados (al contrario que una espada) para herir o matar a un oponente. Las ballestas más poderosas podían penetrar la armadura y matar a tan solo 200 metros.

Los yelmos suponían uno de los elementos del traje medieval más importantes, ya que actuaban a modo de escudo para proteger la cabeza y el rostro. A comienzos de la Edad de Bronce, aparecieron los primeros esbozos de lo que más tarde se convertiría en un yelmo medieval. Al principio, casi todos dejaban el rostro al descubierto, hasta la aparición de los denominados yelmos de estilo corintio. Tal vez no sepas así de bote pronto qué aspecto tenían, pero si te decimos que recuerdes a Máximo Décimo Meridio, extraordinario papel de Russel Crowe en Gladiator, seguro que se te dibuja una idea en la cabeza. Posteriormente, esta protección nasal desaparecería durante el periodo de las falanges macedónicas.

¿Por qué decimos sencillo? Pues porque utilizaba el mismo mecanismo que el arco y la flecha, pero con la capacidad de disparar flechas mucho más grandes y letales. Seguro que casi todos sabemos lo ágil y destructor que es Legolas con su arco en El Señor de los Anillos, ¿verdad? Ahora imagínatelo sustituyéndolo por este aparato mortífero.

¿Te imaginas llevar encima todas estas pesadas armaduras medievales mientras te enfrentas en batallas sangrientas a duelos de vida o muerte? En Antiguo Rincón tenemos un amplio catálogo de armaduras medievales y armas de todo tipo que te invitamos a descubrir. ¡Haz clic aquí!

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