Templarios: historia y leyenda de los caballeros de la Orden del Temple
La armadura, el traje, sus hazañas…. Todos conocemos a los caballeros templarios por el importante papel que jugaron en la época medieval, pero la verdad es que también están muy presentes en historias en las que se entremezcla la leyenda y la realidad para dar paso a figuras míticas. Uno de los más destacados personajes en el imaginario colectivo es el último templario.
Pero empecemos por el principio… ¿quiénes eran los templarios?
¿Quienes eran los caballeros templarios?
Para entender la historia del último templario, necesitamos conocer un poco más esta orden de caballeros medievales.
Los caballeros templarios tienen su origen a finales del siglo XI, cuando el Papa Urbano II decidió convocar una cruzada en Tierra Santa, que terminó con la toma de Jerusalén en 1099. Pocos años después se envió aquí a nueve caballeros cristianos para garantizar la seguridad de los peregrinos que viajaban hasta estas tierras.
No pasó mucho tiempo hasta que se les envió refuerzos para proteger los caminos y se les proporcionó un lugar donde vivir cerca del antiguo templo de Salomón. Acabaron disponiendo de todo el complejo y fueron reconocidos como una orden por la Iglesia en 1129. Tan solo el Papa tenía poder sobre ellos.
La orden de los Templarios fue creciendo y convirtiéndose en una potencia económica, entre donativos y herencias que recibía, así como el patrimonio de los nobles que se unían a ellas. A principios del siglo XIII llegaron a contar con unos 30 mil caballeros.
Hay que señalar que el éxito de los Templarios está directamente relacionado con las grandes gestas que protagonizaron en las Cruzadas. De este modo, cuando se perdió Tierra Santa, fue el inicio de su fin. Muchos de los gobernantes de la época vieron la oportunidad de acabar con los caballeros y poder quedarse con su fortuna, además de evitar tener que seguir subvencionándolos.
¿Cómo vestían los caballeros templarios?
Para recrear en nuestra mente la historia del último templario, también merece la pena conocer la vestimenta característica de estos caballeros medievales.
La armadura era una de sus principales protecciones. Se trataba de un blindaje corporal que les permitía luchar, aunque tenía diversos grados de rigidez según sus necesidades en la batalla. Podían llegar a quedar completamente blindados.
El yelmo era el casco que llevaban los caballeros medievales, y también tiene su origen en los templarios. Era un cilindro de acero que tapaba la cabeza y que solamente tenia unos pequeños agujeros para la boca y los ojos. Por lo tanto, proporcionaba poco aire y ofrecía una visión limitada.
Los guantes de los caballeros, llamados guantaletes, iban más allá de los que usamos en la actualidad, y eran verdaderas protecciones de los brazos, que iban desde el codo a los dedos. Estaban hechos de acero, por lo que también eran muy rígidos.
El traje era otro de los elementos más distintivos de los templarios. Estaba formado por una túnica, que cubría la armadura y servía de identificación, ya que tenía la cruz que identificaba la orden.
Finalmente, hay que destacar la espada y el escudo de los caballeros, dos de sus elementos fundamentales en la lucha.
La espada era de doble filo y su mango tenía un extremo redondo y largo para poder golpear al enemigo. Los templarios disponían de dos modelos, que usaban según luchaban a pie o a caballo. En cuanto al escudo, tenía forma elíptica con una punta triangular, y se ajustaba al brazo. Estaba hecho de madera y recubierto de hierro.
¿Quién fue el último templario?
Jacques de Molay es conocido como el último templario. Murió en la hoguera en el siglo XIV, por orden de Felipe IV el Hermoso. Años de prisión y torturas hicieron que llegara a tener una cierta enajenación mental en el momento de su muerte.
La historia de Molay fue muy dura. Llegó a ser uno de los hombres más poderosos de la orden, e incluso estuvo presente en el funeral de la cuñada del rey. Pocas horas después, la guardia real lo detenía mientras dormía y era acusado de delitos muy graves.
El rey ordenó que, junto a otros líderes de la orden, el último templario fuera retenido en las mazmorras de su palacio durante 7 años. Hay que tener en cuenta que eran los años en que ya se había ordenado la disolución del Temple, e incluso algunos de sus caballeros habían sido recluidos y asesinados.
De Molay y sus compañeros fueron condenados a cadena perpetua después de un largo proceso, pero tomó la palabra y quiso defender su inocencia. Fue entonces cuando se ordenó su ejecución por considerar que no se arrepentían de sus errores.
El último templario murió ejecutado casi en secreto, en una pequeña isla sobre el río Sena, para evitar tumultos del pueblo. En sus últimas palabras dijo “Dios vengará nuestra muerte”. Y parece que fue así, porque tanto el Papa como el Rey murieron poco después. De esta manera, empezó su leyenda.
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Equipo documentalistas de rincon.hosters.es
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