Historia de la Medicina: de Hipócrates a la Aspirina
Retroceder en el tiempo y conocer la historia de la medicina es una oportunidad única para descubrir algunos de los instrumentos que se usaban hace unos años en las consultas, y que hoy en día vemos como algo increíble.
Los inicios de la historia de la medicina
Hipócrates fue el primer gran médico de la historia. Vivió en la Antigua Grecia hace 2400 años y fue capaz de explicar la existencia de algunas enfermedades y recomendar los remedios propios de la época más adecuados. Además, fue el creador del juramento hipocrático, que obliga a los médicos a ayudar al enfermo, proteger la vida y conservar el secreto de la enfermedad. Hoy en día, los profesionales de la medicina lo siguen pronunciando.
Hasta hace unos 3 siglos, los conocimientos sobre salud seguían basándose en los conceptos de la historia de la medicina más antigua, ya que el hombre en realidad conocía muy poco de su cuerpo y de cómo aparecían las enfermedades.
La medicina moderna
Cuando hablamos de la evolución de la historia de la medicina, nos referimos también a los científicos que empezaron a descubrir cómo funcionan los órganos del cuerpo y la circulación de la sangre. En ese momento, apareció el primer instrumental médico y avances tan importantes como el microscopio.
Con el paso del tiempo, se descubrió la existencia de los microbios y, por lo tanto, la posibilidad de que sean la causa de enfermedades. Por lo tanto, empezaron a usarse los primeros frascos de laboratorio rudimentarios, tanto para guardar muestras y medicaciones como para trabajar en la consulta. Un paso más allá serían las primeras centrifugadoras de laboratorio, que permitieron a los médicos un análisis más exhaustivo de los componentes de la sangre y, por lo tanto, la detección de posibles alteraciones.
Avances médicos
Si ahora podemos disfrutar de los tratamientos actuales es, en buena parte, gracias a que la historia de la medicina hizo un gran salto entre finales del siglo XIX y todo el siglo XX. Entre otras cosas, aparecieron en estos años los rayos X, esenciales para que los médicos puedan saber qué ocurre en el interior de nuestro organismo con una simple radiografía.
Igualmente, en esta etapa de la medicina más moderna aparecieron los gabinetes médicos más completos, que representaban para los galenos una gran ayuda a la hora de organizar y tener a su disposición los principales instrumentos que empleaban en su consulta.
El desarrollo de la cirugía
Si tenemos que destacar una de las revoluciones de la historia de la medicina, sin duda no podemos olvidar que los siglos XIX y XX vivieron una gran evolución tecnológica que posibilitó el desarrollo de muchos de los elementos actuales de la ciencia médica.
Aunque nos cueste reconocerlos en los equipamientos de los que disponen ahora los médicos, la verdad es que en esos años las mesas y los instrumentales quirúrgicos significaron una revolución importante a la hora de abordar ciertas dolencias con las mayores garantías de fiabilidad. Por supuesto, la pericia y los conocimientos de los cirujanos es un requisito indispensable siempre, pero todas estas herramientas fueron claves para el mejor desarrollo de las operaciones y la recuperación de los pacientes.
La penicilina y otros medicamentos
El desarrollo de la penicilina, el primer antibiótico, representó un punto y aparte en el tratamiento de las infecciones por microbios. Esta sustancia fue descubierta por casualidad en el año 1928 por Alexander Fleming, un científico que estaba ordenando su laboratorio cuando se encontró una probeta con una muestra de microbios en la que se había desarrollado un musgo de color verduzco. También percibió que donde se encontraba, los bacilos estaban muertos. A partir de aquí, se iniciaron los trabajos para intentar reproducir este musgo. Costó años, pero fue uno de los grandes hitos de la historia de la medicina, ya que permitió salvar millones de vidas.
Por su importancia, la penicilina no puede compararse con otro medicamento muy famoso, que también nació a finales del siglo XIX y que ha llegado hasta nuestros días. Se trata de la aspirina. Obviamente, no evita muertes ni combate microbios, pero se la considera como uno de los iconos de la salud moderna. Fue creada en 1897 por Felix Hoffmann.
La aspirina también representa un símbolo de la farmacología a nivel industrial, un avance que resultó fundamental para lograr erradicar enfermedades hasta entonces tan mortales como la viruela y, por lo tanto, aumentar la esperanza de vida media de los ciudadanos.
En definitiva, la historia de la medicina nos ha traído los avances de conocimientos científicos, tecnológicos y farmacológicos indispensables para garantizar que los seres humanos podemos superar muchos de los problemas de salud que hace unos siglos significaban prácticamente una condena a muerte.
Conocer sus grandes logros nos ayuda a entender la calidad de vida de la que disponemos en la actualidad en nuestra sociedad.
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