Edad Contemporánea: siglos XIX-XX
Una característica importante del siglo XIX suele obviarse. El denominado siglo decimonónico es la centuria por antonomasia de las revoluciones. Se cree, de manera errónea, que la revolución social o económica es propia del siglo XX. No es así, el siglo pasado recoge todas las iniciativas arrancadas en el siglo XIX y lo único que hace es consolidarlas. En el XIX tenemos en sus inicios la influencia de la revolución francesa, que deriva en las revoluciones burguesas y éstas en las democráticas. La Revolución Industrial es el auge de la ciencia y de la industria en la vida cotidiana de las personas, siendo el rasgo del siglo XIX más conocido y determinante.
Del siglo XX podemos remarcar otra aparente obviedad. Muchos de los lectores, la gran mayoría, de estas líneas habrán nacido dentro de la centuria del 1900. Hasta los que se acerquen a ser centenarios siguen siendo de «nuestra época». Así, el siglo XX es el periodo que marca nuestra contemporaneidad. Es la edad contemporánea donde todos aquellos inventos y avances del siglo XIX se perfeccionaron y mejoraron. La electricidad, los motores a combustión, el transporte aéreo o el ocio, con la consolidación del cine como divertimento social y como industria. Sin embargo, otra característica del siglo XX no resulta tan obvia y produce una curiosa percepción de la pasada centuria. Muy rápido el siglo XX se ha ido alejando de nuestra memoria, como si estuviese más lejos en el tiempo de lo que en realidad está, con cierto desapego hacia esos años en estas primeras décadas del siglo XXI.
Esa perspectiva tan desapegada del siglo XX en la actualidad, ha sido creada por las etiquetas que ha acabado teniendo, como el más cruel e inhumano en la historia del hombre. Etiqueta de crueldad que tiene bien ganada, con dos guerras mundiales que provocaron entre las dos una cifra aproximada de cien millones de víctimas. Y genocidios como el holocausto, con su dolorosa memoria de seis millones de judíos asesinados. Aunque existen muchos historiadores que han advertido que quizás sea una idea exagerada, pues en otros siglos las guerras y las acciones crueles contra la población dejaron, en proporción, también elevadas cifras de víctimas. Matizan estos historiadores, que el siglo XX es además el siglo de la imagen y de la revolución comunicativa, lo que ha podido magnificar, al difundirse y existir más información sobre ello, esas acciones crueles e inhumanas. Actos, por otro lado, no diferentes a los realizados en otros siglos.
El siglo XIX, la centuria de los cambios
Haciendo una comparación con los siglos que le preceden, el XVII y el XVIII, el siglo XIX tendrá un plus en su capacidad de generar cambios. Parece que la humanidad quiso acelerar en el desarrollo de muchas facetas. Así la medicina consiguió avances tan significativos como los antibióticos. Al comprobar que muchas enfermedades eran infecciones por microorganismos, se mejoró la higiene y se descubrió la esterilización como remedio eficaz. Se pusieron las bases para mejorar y hacer eficaces a las vacunas, método médico iniciado en el siglo XVIII con inciertos resultados. Louis Pasteur (1822-1895), consiguió con sus investigaciones el mayor avance en el uso eficaz de las vacunas. El científico francés se centraría en uno de los grandes descubrimientos científicos del siglo XIX, el estudio bacteriológico. Con estos avances médicos, la esperanza de vida a mediados del siglo XIX comenzó a subir hasta situarse a finales de la centuria en los 55 años. Un gran logro para la humanidad, pues desde el siglo XVII la esperanza de vida rondaba los 35 años.
Las revoluciones burguesas son las protagonistas de este siglo. En realidad, este término de «Revoluciones de la Burguesía» es un concepto acuñado por la escuela histórica marxista; corriente que, concretamente, también nace en el siglo XIX. Estas nuevas historiografías o fuentes filosóficas del XIX pondrían las bases de las ideologías que van a protagonizar el inicio del siglo XX. También el siglo XIX es el siglo de los nacionalismos y la definitiva consagración de los Estados-nación como formas políticas que adoptan los países. Los rasgos de las democracias liberales se apuntan y supone el ocaso ya casi total de las monarquías absolutistas. Y como ocurre en el paso de un siglo a otro, las décadas finales del XIX se asomarán como guías para las personas que virarán el comienzo del controvertido siglo XX.
El siglo XX, la centuria de las grandes transformaciones
Si el siglo XIX es llamado el siglo de los cambios, el XX supone la culminación del cambio. Es decir, la transformación. Y eso que sus inicios no fueron muy halagüeños. El siglo XX para muchos historiadores comienza en 1914. Cuando estalla un conflicto del siglo anterior que se convirtió en una guerra moderna, la I Guerra Mundial (1914-1918). Esta guerra significó un cambio radical en la geopolítica mundial, con la desmembración del Imperio Austro-Húngaro y la aparición de nuevos países que hicieron imponer sus ansias nacionalistas. El triunfo de la Revolución Soviética y el protagonismo creciente de los EEUU como potencia en el panorama internacional, marcarían la segunda y tercera décadas del siglo (1920-1930).
La aparente felicidad del «Periodo de entreguerras», los llamados ‘locos Años 20’, hizo pensar a la mayoría que la Gran Guerra sería la primera y última del siglo, pero una paz mal negociada alentó la venganza y las posiciones extremas en los países perdedores. Y todo ello además en un contexto económico de crisis continuada, consecuencia de la pobreza ocasionada por la guerra y por la quiebra que generó el crack de la bolsa de Nueva York de 1929. El auge de los totalitarismos en Europa, con la versión italiana del fascismo y el modelo alemán del nazismo, desemboca en la II Guerra Mundial (1939-1945).
La derrota de estos totalitarismos frente a las democracias, daría paso a una dura posguerra donde la reconstrucción debió ser a escala mundial. El avance en el bienestar y el desarrollo se vivió de diferentes maneras, pues el mundo quedó dividido en dos bloques geopolíticos tras la ruptura entre los antiguos aliados, los soviéticos y los países occidentales. Periodo conocido como la Guerra Fría, que caracteriza a casi toda la segunda mitad del siglo XX. Etapa que llega a su fin tras la caída del ‘Muro de Berlín’, símbolo físico de esa división mundial en dos bloques, en 1989 y que a la larga supondría la disolución de la otra superpotencia, la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS).
Equipo documentalistas de rincon.hosters.es
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